ANGUSTIAS
Tenía muchas arrugas, la piel pálida, la cara desfigurada. Y no podré olvidar su respiración agitada e irregular. Se veía que era de clase baja, sus ropas la delataban.
En su cabeza asomaba algún pelo que otro, rizado y negro como el carbón. Me fijé en su rizo, era como una serpiente, realmente, la que me aterrorizaba de aquella mujer era su pelo, pero tan pronto como saqué mi navaja, se puso un pañuelo blanco en la cabeza y suplicó piedad.
Aquella mujer tenía tanto y tan poco que ver conmigo… No lograba reprimir el asco que me daba aquella mujer. Angustias, ese era su nombre. Mi mente fue cruel y me hizo pensar que hacía honor a su nombre, pues, con esa cara, ese cuerpo… debía de haber pasado muchas calamidades. En ese momento vi como se arrodillaba mientras decía:
-Perdón señor. Juro por mi hijo que no he pecado de acto.
-No jure por su hijo, ¡usted no tiene hijos!
Me ardía el cuerpo y sentía dolor, un dolor fuerte en el pecho.
Quería calmarme pero no podía, me sentía ligado a aquella mujer. Angustias, aquella mujer fea, estropajosa, cruel, sucia, pálida, con la piel como una pasa, ella, era mi peor pesadilla, era la que me dio la vida, pero nada más, me mantuvo en su seno durante nueve asquerosos meses, eso era lo único que me unía a ella y creo que el día más placentero fue el día que salí, el que vi la luz y es que nueve meses dentro de esa mujer, era lo peor que le podía pasar a alguien, no se lo deseo a nadie. A los dos días de mi nacimiento me encontré en otra casa y allí me quedé, junto con más niños, muriéndome de asco.
Todos estos recuerdos se juntaron y explotaron desencadenando en un acto extraño:
-Lo tengo que hacer- le dije
-No, por favor, sé que no eres así.
-¡Tú no me conoces!
Mis brazos rodearon su espalda y mi tronco se pegó al suyo, guardé mi navaja en la parte trasera de mi pantalón. La mujer, aquella mujer que presumía de tener un hijo, la misma que suplicaba piedad, la misma que se puso un pañuelo blanco en la cabeza, agarró mi navaja y me la clavó en la espalda, donde se quedó hasta que me desplomé sobre el suelo.
Daniela Drummer <3